Cocina molecular: una experiencia multisensorial

En la búsqueda de nuevas formas de expresión, la cocina molecular sorprendió al mundo, porque la buena cocina es, ante todo, una experiencia. Joan Miró decía que “un cocinero se convierte en artista cuando tiene cosas que decir a través de sus platos, como un pintor en un cuadro”. La cocina, como el arte, precisa despertar sentidos, sensaciones.
Esta técnica se caracteriza por introducir en sus preparaciones procesos químicos para transformar los ingredientes, generando en ellos reacciones que alteran y generalmente potencian los sabores, olores y texturas de los alimentos. Además, la gastronomía molecular es especialista en crear espumas, geles o emulsiones que diferencian sus preparaciones y le dan un gusto único.
La cocina molecular es un vehículo para experimentar, redescubrir y reinventar sabores, recetas e incluso la cocina como tradicionalmente la conocemos, por eso, también recibe el nombre de “cocina modernista”, “cocina de vanguardia” o “cocina experimental”.
Esta novedosa tendencia cautivó la atención de talentosos chefs pero, sin duda, destaca el reconocido Ferran Adrià, famoso por su trayectoria en el restaurant español El Bulli, que lo consagró en cinco oportunidades como el mejor cocinero del mundo. Su deseo por conceptualizar los platos convirtiéndolos en un discurso, en una invitación a pensar y sentir a través de cada bocado, lo condujo a sumergirse en importantes investigaciones que impulsaron la cocina molecular.
La curiosidad hizo de Ferran un explorador de sabores, un “agitador” como él se define, y es por esto que logró inventar un total de 1.846 deliciosos platos, posicionándose como uno de los genios creativos de la gastronomía. ¿Por qué? Porque convirtió la degustación de un plato en una experiencia sublime; porque hizo de la comida un poema, una obra maestra.
Quizás este afán creativo, este deseo de explorar, descubrir e innovar es un placer que Adrià comparte con Eduardo Moreno, otro talentoso chef que encontró en la cocina molecular una manera de hacer sentir. Pionero en Venezuela y en Latinoamérica de esta tendencia culinaria, Moreno deleitó a comensales en Andreas Café Griego, Visáis le Med, Blue Moon y actualmente en el conocido restaurante Shayará.
La invitación de Eduardo Moreno es a dejarse llevar por sensaciones inéditas. Por eso, en la casa de la locura y la pasión, Juana La Loca Restaurant, decidimos regalarles a nuestros comensales una noche única a través de la cocina de Moreno. Diferentes experiencias sensitivas llenaron de gusto el menú de la velada que combinó la cocina clásica, la gastronomía molecular y los ingredientes de nuestra despensa margariteña.
Desafiando convencionalismos, la cocina molecular nos propone una experiencia gastronómica multisensorial que apuesta a sorprendernos, emocionarnos e incluso, hacernos perder la razón.