Viajar por tu cuenta, viajar para ti

Si bien es cierto que unas vacaciones en compañía de familia, amigos o una pareja son maravillosas, viajar solo no tiene por qué ser una experiencia menos agradable. Pocas cosas deseamos más que unas merecidas vacaciones, sin embargo, cuando por fin tenemos la oportunidad de tomarnos unos días libres, lo primero que pensamos es ¿quién nos va a acompañar? Pareciera que viajar sólo es casi como no hacerlo.
Una de las preocupaciones que viene a nuestra mente cuando nos planteamos viajar por cuenta propia es el aburrimiento. Si no sabes qué hacer durante tanto tiempo sin compañía, recuerda: eres la persona más divertida que quizás aún no conoces. Viajar es una oportunidad invaluable para descubrirnos, superar miedos, inseguridades y ¡por supuesto! divertirnos como nunca.
La gran ventaja de tomar unas vacaciones sin otra compañía que la propia es que te sentirás más libre: ¡Tu viaje, tus reglas! Libérate de prejuicios, inhibiciones, preocupaciones y dedícate a conocer, pasear, ver, oler, saborear el destino que te abre las puertas, pero, sobre todo, hacerlo a tu ritmo. Dedícate tiempo y cariño: despiértate tarde, túmbate a tomar sol, lee ese libro que tenías pendiente… ¡Sin interrupciones ni cambio de planes! La comodidad no se negocia y la única prioridad eres tú.
Lo genial de vivir esta experiencia es que sólo debes preocuparte por ti mismo, así que, los horarios, las agendas, el presupuesto… Todo dependerá de ti y tus gustos, por lo que te evitarás unas cuantas discusiones típicas de los viajes en grupo. Si existe una oportunidad de consentirnos y regalarnos armonía en plenitud, es esta. No desperdicies la ocasión de disfrutarte, desconéctate del mundo y conéctate contigo, con tus placeres y tus deseos.
Finalmente, y para que no te quepa duda, viajar por tu cuenta es la mejor manera de enamorarte. Algunos se enamoran del destino que visitan, otros de los nuevos amigos que conocen, otros quizás encuentren a esa pareja que tanto buscaban pero otros se enamoran simplemente de la experiencia, de lo que descubren en sí mismos.
Para ello, los hoteles pequeños, acogedores, retirados de centros urbanos que, sin embargo, no están aislados, son perfectos porque te permiten sentirte “acompañado” sin invadir tu espacio personal. Nosotros te recomendamos vivir la experiencia de cultivar la relación más importante de tu vida, esa que tienes contigo mismo: regálate un viaje sólo para ti, casi podemos asegurarte que no regresarás siendo el mismo.