Arturo Millán: La materia que compone los sueños.
En el Hotel Boutique Isabel La Católica tenemos el privilegio de contar con una galería del maestro neoespartano.
Quien se aproxima por primera vez a la obra de Arturo Millán pareciera adentrarse en universo onírico plagado de símbolos y signos que no buscan ser interpretados con los códigos tradicionales de la consciencia.
Cuadrículas, numerología, signos primigenios, mandalas, arcanos y la policromía indigenista del Caribe se apropian del discurso estético de Millán. Lo metafórico, lo lúdico y lo onírico se abren paso hacia otra concepción de la belleza, esa que se puede sentir, casi inexplicablemente, frente a una obra del maestro nacido en Porlamar en 1949.
Este margariteño global recorrió las lides de la expresión plástica desde muy niño, haciéndose con premios locales que lo llevaron a la escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas en 1968 y de allí a un largo camino de reconocimientos y responsabilidades con la promoción de la cultura nacional.
Millán fue director durante seis años del Museo Francisco Narváez donde puso en práctica la formación museística adquirida en el Museo Antropológico del D.F México, el Museo Gugenheim en Nueva York y el Museo El Prado en Madrid. Al frente de esa institución instauró la Bienal Nacional de Escultura, logrando llegar con éxito a la X Edición.
Su obra ha sido expuesta en la Galería de Arte Nacional y en los grandes museos del país y ha sido maestro de varias generaciones de jóvenes interesados por ingresar al mundo de la pintura. No en vano fue declarado en 2009 hijo ilustre de la ciudad de Porlamar.
En el Hotel Isabel La Católica nos enorgullecemos de contar con una galería del admirado maestro Millán, para que nuestros huéspedes se adentren en un mundo creado con la materia de la que están hechos los sueños.
La reinterpretación de los símbolos del pasado procuran que el espectador perciba visual y táctilmente sensaciones ya vividas como quien siente “ya estuve aquí”. Dice el artista: “en mi pintura el pasado existe y allí encuentra su acomodo. Las costuras de mi madre, las amarras del pescador, la corrosión del salitre, las cercas, el bahareque, lo místico religioso, lo mágico caribeño” combinados con una visión contemporánea que conquista nuevas posibilidades de expresión.
Millán trabaja experiencias pasadas para hacerlas presentes y esa búsqueda se relaciona de manera asombrosa con el concepto que subyace a nuestro hotel: el pasado como excusa para una reinterpretación simbólica de la historia.
Los invitamos a recorrer un camino de sueños donde hallarán sus propias huellas.