Alberto Ortiz está obsesionado con las matemáticas, las proporciones, geometrías y los números pares. Desde niño le interesó la pintura, pero ahora, en su trabajo interviniendo conceptualmente superficies interiores o exteriores, ha logrado combinar a la perfección su interés por patrones numéricos con la expresión artística.

El arte conceptual, ese movimiento que surgió a mediados de la década de los sesenta donde la idea se convirtió en el eje central de la propuesta estética, fue la corriente escogida por Ortiz para desarrollar su trabajo.

En el caso específico de las intervenciones que realizó para el Hotel Boutique Isabel La Católica, la idea ya estaba prefigurada por el concepto de diseño, sin embargo, el encuentro con una pared en blanco siempre es una aventura. Se trata de una conjunción entre ideas, casualidad e incluso suerte, que permiten un resultado final que rebasa las expectativas.

Ortiz hizo un trabajo especial para la suite de Isabel La Católica con antiguas lacerias en relieve, que consistió en entrelazar líneas hasta componer mosaicos geométricos repitiendo el mismo patrón. Se trabajó el efecto aterciopelado en el fondo de la pared, culminando el relieve en un dorado envejecido para dar un aspecto real de la época, e incluso deformando adrede algunas de las geometrías para hacerlo aún más verosímil.

En la habitación de Juan II una hoja de palmera naranja en relieve -obra de Ortiz- destaca sobre el azul del fondo celebrando la figura de un rey proclive a la creatividad y a las bellas artes. También trabajó los efectos aterciopelados de las paredes de algunas habitaciones y los baños del Restaurante Juana La Loca.

Alberto ejecuta su labor artística en completa soledad. Durante las semanas que estuvo trabajando prácticamente interno en nuestro hotel, se dejó cautivar por la arquitectura y los materiales nobles que lo componen. “Es un lugar donde cualquier profesional estaría orgulloso de trabajar”, afirma.

Por eso, la relación que establece con sus obras es muy particular. “Me centro tanto en ese diseño/pared que logro establecer una confianza absoluta con ella y no pienso en la repercusión o efecto visual de cara al público, es como si solo fuésemos a estar la pared y yo, para siempre”, por eso le resulta curioso pensar en las personas que convivirán luego con su obra. En el caso específico del trabajo en el Hotel Isabel La Católica, asegura que le tiene cariño a todas y cada una de las paredes que intervino “me acuerdo de todas perfectamente, su diseño, su realización, son como historias para mí”.

Para nosotros ha sido un honor trabajar con este artista español, nacido en Vallecas, Madrid y que sus historias reposen en nuestras paredes, como una muestra más de un lugar son las personas que lo habitan, que dejan su huella en él. Eso es nuestro Hotel Boutique Isabel La Católica: un lugar donde tú también escribirás la historia.