Pan de año: la fruta del trópico

Desconocido pero autóctono, así es el pan de año: una fruta tan tropical como el mango. En Venezuela recibe distintas denominaciones: frutepan, pan de todo el año, pan de ñame, tupan o pan de palo… No importa la denominación cuando los sentidos son los primeros en reconocer este exótico fruto de corteza irregular y áspera, y colores van desde el verde hasta el amarillo-marrón.
El pan de año es fibroso y almidonado. Cuando madura completamente, su textura se vuelve blanda y el color de su interior se transforma en una pasta amarilla. Su sabor, ¡oh, su sabor! La mezcla perfecta entre los sabores del plátano, melón y lechosa y un dulce aroma que cautiva a todo el que se atreve a probarlo.
Aunque se trata de un árbol del Caribe, sus orígenes no se remontan a tierras tropicales. Existen registros que evidencian que las primeras cosechas de pan de año se realizaron en Polinesia, Asia, para luego ser importado por exploradores europeos. Su fácil cultivo es lo que permitió que se adaptara perfectamente a las condiciones del trópico, particularmente al clima de la isla de Margarita. El fruto empieza a nacer durante la época de lluvia y éste tarda cerca de 5 meses en madurar totalmente.
La frutepan, al igual que el mango o el plátano, puede comerse verde o maduro y la preparación varía según los gustos de quien la degusta: frito, hervido o al natural. De igual manera, muchos son los que deciden innovar en la cocina con este ingrediente, se arriesgan a combinarlo con sabores dulces, picantes y ácidos para destacar el propio. Adicional al fruto, también pueden aprovecharse las hojas y la raíz en infusiones para evitar alergias, dolores estomacales y tratar la hipertensión arterial.
En Juana La Loca Restaurante reconocemos el valor de lo autóctono, ¡por eso no nos olvidamos del pan de año! Sin duda, un ingrediente para Perder La Razón. Desde la Despensa de Margarita al plato del verdadero margariteño. ¿Te atreves a degustar a la fruta del trópico que aún permanece en el anonimato?