Pampatar amurallada: ciudad para el refugio

Cada espacio de Pampatar, nuestro refugio de fe y color, acaricia el alma y los sentidos de todo aquél que lo visita. Sus fortificaciones, fachadas, castillos y fortalezas son el presagio de una experiencia memorable. Aquí contamos con lugares que hablan de la ciudad amurallada que fue Pampatar décadas atrás, que sirvió de refugio para sus pobladores. Hoy es el refugio de emociones y buen gusto.
Esta ciudad, ubicada en el municipio Maneiro, fundada como puerto de Margarita en el siglo XVI por Juan López de Velasco, es cuna de historia, cultura, belleza y tradición. ¡Conoce las tres edificaciones que son muralla en Pampatar!
Fortín de La Caranta: cuando se edificó, en el siglo XVI, fue bajo el nombre de “Fortín de Santiago”. Se trata de una de las primeras fortificaciones alzadas en la Isla de Margarita para proteger a la ciudad de ataques piratas. Aunque sólo se conserva la construcción donde se encuentran ubicados los cañones que apuntan hacia la Bahía, este fortín habla de historia y lucha. Además, desde allí se puede disfrutar de un espectáculo visual conmovedor de la costa de Pampatar.
Castillo San Carlos de Borromeo: fue construido en 1622 para luego ser destruido en 1662 por piratas holandeses, quienes también invadieron y saquearon la ciudad de Pampatar. Apenas dos años después inicia la reconstrucción del Castillo al cual, finalmente en 1684, se le denomina “Castillo San Carlos de Borromeo”. Fue, por mucho tiempo, la construcción militar más avanzada y sofisticada para la época y, a pesar de ser destruido y reconstruido en varias oportunidades durante la época de la independencia, de alguna u otra manera, siempre se mantuvo en pie. Es por esa razón que hoy en día es Monumento Histórico de la Nación, no sólo por su fortaleza, sino por la historia que conservan sus muros construidos con piedras.
Faro de Punta Ballena: imponente, este faro se alza para ofrecerle una vista única al visitante: el inmenso azul del Caribe, el sol reflejado en él, los coloridos peñeros y un par de gaviotas revoloteando rasante al mar. De unos 28 metros de altura, la edificación pretende evocar los fortines españoles de la época colonial. Sin duda, el Faro de Punta Ballena es el vigía fiel de la Bahía de Pampatar. A pesar de ser una edificación moderna, inaugurada en el año 2007, se inscribe en la tradición de una ciudad amurallada como Pampatar.
Pampatar fue la ciudad amurallada que cautivó y enamoró a nuestra Isabel. Por eso, la Reina más importante del imperio español decidió asentar su refugio discreto, lujosos y exclusivo, a tal sólo diez pasos del Mar Caribe.