Isabel La Católica: Un diseño único, distinto y original

Si el elemento fundacional del mundo fue el verbo, en el caso del Hotel Boutique Isabel La Católica, lo primero que dio forma al concepto del diseño fue el nombre, así lo explican Ana Milena “Mena” García V. y Fernan Isaias Hernández, arquitectos – diseñadores a cargo de un proyecto que supo enamorarlos desde el primer momento: llenar de vida los espacios de La Reina.
Cuando Fernan y Mena entraron por primera vez al hotel supieron que querían involucrarse en el proyecto. Los cautivó el impecable trabajo arquitectónico de Ángel Yánez, en el que se conjugan a la perfección los rasgos originales de la casa, como la fachada colonial y el patio interno hacia el que dirigen todas las habitaciones, con una estructura moderna, minimalista y de materiales muy nobles.
“Ese primer contacto fue un elemento disparador de inspiración, inmediatamente la mente vuela pensando en todas las posibilidades para crear dentro de un lugar así”, afirma Fernan Hernández, arquitecto venezolano egresado de la Universidad Central de Venezuela con una amplia experiencia en el área.
Luego vino el trabajo fuerte. Iniciaron un proceso intenso de investigación sobre Isabel La Católica, su época, quienes la rodearon y el Renacimiento como movimiento artístico trascendental, para idear un concepto en el que cada habitación del hotel es diferente y pertenece a un personaje de la historia.
Hubiera sido mucho más fácil tener habitaciones estándar e idénticas, pero eso no se hubiera correspondido con lo que este dúo creativo había ideado, ni con lo que se espera del formato de un hotel boutique que, por definición, remite a pautas sobre confort y exclusividad relacionados con su ubicación, el servicio que se presta y, por supuesto, el diseño.
Fernan y Mena bautizaron cada habitación con el nombre de una personalidad histórica y, de nuevo, el nombre, el verbo, se convertía en leit motiv del trabajo que vendría luego: la escogencia de los objetos.
En el Hotel Boutique Isabel La Católica, cada pieza tiene una historia. Fue un proceso de selección y búsqueda muy específico para cada habitación procurando establecer un diálogo, no siempre obvio, con el personaje, los colores y las imágenes artísticas tomadas como inspiración.
Los objetos de cada habitación del hotel están pensados para estar allí, no podrían estar en ninguna otra parte y, sin embargo, desde el restaurant hasta la piscina, puede notarse un discurso visual coherente, consistente y relacionado, donde el todo es más que la suma de sus partes.
Fueron incorporadas desde piezas que remiten a local como las gaviotas de la Bahía de Pampatar hasta mobiliario de diseñadores internacionalmente reconocidos como Philippe Starck y Karim Rashid.
Justamente, el proceso de reinterpretar la historia para lograr una visión moderna e inscrita en las tendencias globales fue el gran reto de los diseñadores. Y aquí, fue donde intervinieron con fuerza eso que llaman los disparadores de su creatividad: las experiencias previas, el contacto constante con los estilos globales en las grandes ferias de diseño del mundo, los sitios a donde viajan, lo que leen, la música que escuchan, las conversaciones que sostienen, todo fue convocado a manifestarse en el diseño del hotel y eso puede sentirse en el resultado final.
“A partir de nuestro vínculo tan fuerte con el Caribe, quisimos lograr una versión reinterpretada y casi irreverente de la historia. Nos preguntamos ¿quién conquista a quién? Y apostamos fuerte por el magnetismo de esta costa, del Casco Histórico de Pampatar y terminamos trayéndonos a La Reina, conquistándola nosotros esta vez”, explica Ana Milena García. Y vaya que lo lograron.