Gentilicio margariteño: destellos de tradición

Fue un 15 de agosto de 1498 cuando Cristóbal Colón descubrió las tierras margariteñas. Él, junto con otros viajeros de la expedición, entraría en contacto con un lugar abundante en recursos naturales pero, sobre todo, con un tesoro humano que se mantendría con el tiempo. El margariteño es, sin duda, uno de los focos que distingue y atrae a todo aquél que lo conoce.
Moderado pero espontáneo. Firme pero noble. Encantador, sin duda muy encantador. La sensibilidad y la amabilidad también lo definen. Detrás de muchas prácticas se esconde el legado de la tradición que suena a polo margariteño y tiene ritmo de galerón; que sabe a pastel de chucho y a besitos de coco; que se difunde con la brisa salada y se perpetúa en la inmensidad del mar Caribe.
Los cronistas reseñan que la tranquilidad de Margarita pautaba las costumbres que tenían sus pobladores, entre ellas la de acostarse a dormir sin necesidad de cerrar sus puertas. Confiables. Otro calificativo para los margariteños.
Las distintas denominaciones que se le da a Margarita habla de la firme intención de sus pobladores de enaltecer su tierra: “la isla de las perlas”, “el paraíso del Caribe”, “la perla de Oriente”, “La mano de Dios tendida a flor de agua”. Orgullosos. Otro rasgo definitorio.
Por otra parte, si algo tienen los margariteños es el propósito de rendirle culto a sus santos patronos: la Virgen del Valle, el Cristo del Buen Viaje, San Juan Evangelista, La Virgen del Pilar. Las celebraciones son completas y duraderas, donde el fervor y la algarabía son los protagonistas que transitan por las calles.
Pero hay una celebración en la que los verdaderos pobladores festejan desde la intimidad de su hogar: el Año Nuevo. Los últimos minutos del año son para la reflexión. Las calles se tornan solitarias para reunir a las familias en sus salas o habitaciones y darle la bienvenida a un nuevo año. Afables. Eso también son los margariteños.
La definición y radiografía del gentilicio margariteño la hace todo aquél que visita esta tierra de gracia. Nosotros, mientras tanto, reinterpretamos sus costumbres desde una óptica de lujo y exclusividad. ¡Visita nuestro Hotel Boutique Isabel La Católica y vive la tradición como parte de la Experiencia de Reyes!