Ají margariteño: el aroma de esta isla

La vida no vuelve a ser la misma luego de que uno prueba, y cocina, con ají margariteño, con sus colores brillantes, el aroma profundo que lo distingue y un gusto particular que sólo se concibe en los límites de esta isla.
Este protagonista de la cocina venezolana que distingue la sazón insular, es uno de los placeres que encuentran los viajeros que visitan la Isla de Margarita. Su sabor danza entre los límites del picante sin llegar a serlo, este gusto también está presente en su fragancia ya que causa picor en la nariz más no en la boca. Puede ser dulce o picante, con particulares formas, y se produce en cinco tipos que se diferencian por sus colores intensos: rojos, amarillos, naranjas, asalmonados y verdes.
La identidad del neoespartano bien puede ser un guiso con ají margariteño, ese que, mientras nazca y crezca en la región, tendrá el toque maravilloso que lo convierte en una obra de arte culinaria. El ají nos representa y, de hecho, podría tratarse de nuestro aporte a la biodiversidad latinoamericana, como señala Fernando Escorcia, presidente de Margarita Gastronómica,
Es el prestigio que acompaña al ají margariteño lo que ha impulsado a nuestra comunidad gastronómica a iniciar la búsqueda de su Denominación de Origen Controlado (D.O.C). No sabemos si el toque es el clima, la tierra, la técnica, los santos o el cariño de sus agricultores, pero de lo que estamos seguros es que el producto nos enorgullece, nos representa y, sobre todo, nos diferencia del resto.
La Denominación de Origen tiene un solo objetivo: proteger el sello de calidad por el que nuestros agricultores han trabajado tanto y que, sin duda, conquista la admiración de todos los paladares que se deleitan con este sabor tan propio: sabor a Venezuela, sabor a nuestra isla. Por ello, la próxima vez que pruebes el ají margariteño recuerda que estás frente a un producto único, que en tierra firme no se dan iguales y que es 100% venezolano.