Así inauguramos…
A las tres de la madrugada de nuestra inauguración, cuando sólo quedaban los amigos y familiares más cercanos, los directores del hotel invitaron a todos a la terraza exterior del restaurante Juana La Loca para darles una sorpresa.
Había transcurrido una noche llena de magia. Más de cuatrocientas personas pudieron conocer a la reina, recorrer sus pasillos, entrar a sus habitaciones e interactuar con ellas, como si los personajes que las bautizan, en efecto, estuvieran allí esperándolos para conversar.
Los más curiosos ya conocían las historias de los personajes directamente de nuestro blog y habían seguido con avidez cada actualización de nuestras redes sociales mientras esperábamos la llegada de la reina. Vimos cómo decenas de personas se fascinaron ante los materiales nobles, la arquitectura impecable y un diseño asombroso donde cada detalle está cuidado.
A medida que transcurría la noche se podía sentir que algo realmente especial estaba ocurriendo. Durante los meses de preparación invertidos en el proyecto, Isabel fue la joya de su equipo, la cuidamos y pulimos con dedicación de artistas, ahora llegaba el momento de dejarla brillar frente al mundo y de qué manera lo hizo: vimos llegar a la reina, imponente, hermosa, distinguida, admirada, profundamente amada.
Por eso, cuando casi al final de la noche Carlos Guerra y Carlos Rojas invitaron a todos a la terraza del restaurant, nadie creía lo que estaba ocurriendo: habían traído la cinta dorada tradicional de toda inauguración para cumplir con el ritual cabalístico… pero a su manera.
Los fotógrafos se habían ido, buena parte de nuestros invitados también llevándose el grato recuerdo de una experiencia de altura, y aunque muchos se lo perdieran, ese episodio retrató uno de los rasgos más poderosos de este proyecto: la autenticidad. Por eso pensamos que fue perfecto y quisimos compartirlo con ustedes. Este es el único registro fotográfico que sobrevive de ese momento, y nos gusta recordar que así también somos, que de esto también se trata el éxito.